Camino a los oscars 2011, nos van llegando todas aquellas películas que optan a alguna estatuilla. En los oscars siempre solemos tener "películas para todos los públicos" como lo son este año El discurso del rey o La red social. Es hablar de lo de siempre, pero hace tiempo que son unos premios de puro marketing más que otra cosa. Por eso me sorprende ver que una película que promete emociones fuertes, y que al parecer tiene un par de escenas de esas que te hace cerrar los ojos, tenga varias nominaciones.
El peligro está en que se trate de la típica película que parece buena sólo porque es dura. Es aquí donde entra en juego mi confianza en Danny Boyle. Ya lo comenta Sherlock en su precritica: 28 días después, Sunshine o Slumdog millionaire, son películas que pueden gustar más o menos pero que ofrecen calidad y no dejan indiferente.
Otra de las claves va a ser James Franco. Un actor del que no me esperaba absolutamente nada desde la primera vez que lo ví, pero que poco a poco ha ido colándose en películas interesantes donde ha sabido elegir su papel de forma más que eficaz.
De Danny Boyle y 127 horas puedo decir exactamente lo mismo que he comentado en las precriticas de Clint Eastwood y Más allá de la vida o Michael Winterbottom y El demonio bajo la piel: me interesa ver lo que hace. A veces me gustará más y a veces menos, pero viendo sus películas no estaré perdiendo el tiempo.
Veremos.