He de empezar mi precritica, para que nadie se lleve a engaño, diciendo que Spiderman es mi superhéroe favorito. Muchos le achacan que carece de la solemnidad de otros superhéroes. Otros que la trama adolescente que lo rodea es poco serio. Yo precisamente lo venero por ello, porque es capaz de pasar de relatar los agobios propios de un universitario brillante sin dinero, maltratado por su jefe y enamorado de una belleza salvaje, a sopesar problemas trascendentales que siempre le crean unos dilemas morales que ríete tú de Shakespeare.
Y es esta dualidad de su personaje, la que quedó un tanto desvirtuada con la anterior saga cinematográfica de Spiderman dirigida por Sam Raimi, que empezó decentemente y que acabó lamentablemente en una especie de concurso artificioso grandilocuente de "no sé que contar, por lo que exageró al máximo los efectos especiales y ridiculizo al personaje principal". Sam Raimi, te adoro, pero tu género es el terror, quédate con él.
Muchos pensarán que esta nueva saga, porque no dudéis de que lo será, como ha pasado con otro superhéroes, será una versión edulcorada a base de juegos de 3D y chistes malcontados. Personalmente pienso que se puede acertar más con el tono del cómic de Spiderman, que como ya he dicho, podrá ir de la tontería a la seriedad de un momento a otro. Spidy es así.
Los puntos a favor de esta nueva entrega son varios. El primero y más importante, el nuevo Peter Parker. Andrew Garfield, ideal para el papel, que deja a miles de años luz a Tobey Maguire. Lo hemos podido ver en La red social, El imaginario del Doctor Parnassus y en Nunca me abandones, dónde me conmovió su interpretación. La otra gran baza, su director, Marc Webb, que me sorprendió muy gratamente en primer largometraje: 500 días juntos. Recuerdo que la cité como una tragicomedia del desamor. Es exactamente el contrapunto trágico pero desinhibido que espero para esta cinta, que sin dar más datos, los fans de la saga agradecerán por contar la saga desde el principio y sin apañamientos temporales de los personajes.
Ya se sabe, un gran poder, conlleva una gran responsabilidad. Esperemos que a nuestro héroe se le trate como se merece.