Nuestros vecinos saben hacer cine de terror, aunque no siempre se luzcan. Sin ir más lejos, el año pasado nos llegaron dos producciones francesas innegablemente desiguales como Frontiere(s) y A l´intérieur. En la misma onda de ese terror sangriento se mueve esta propuesta, aunque aquí sus consecuencias se lleven al extremo. Para ser claros, dicen de Martyrs que es una de las películas más bestias de la historia del cine. Pascal Laugier es un director de la quinta de Christophe Gans estrechamente relacionado con el mundo del fantástico. Algunos recordarán su opera prima, El internado. Está claro que con esta película ha querido desmarcarse como un autor con criterio propio. La jugada le ha salido redonda, porque actualmente rueda el esperado remake del Hellraiser de Clive Barker.
Para recomendar o no esta película hay que reflexionar sobre los mecanismos de intimidación que utiliza. Las actrices Morjana Alaoui y Mylène Jampanoï ayudarán a que estos sean creíbles, pero lo cierto es que es el espectador quién tiene la voz cantante a la hora de interpretar el mensaje del film. Evidentemente, Martyrs no es una gamberrada ni una salida de tiesto, sino que su propuesta busca provocar y asquear a través de una violencia sin precedentes. El morbo juega aquí un papel importante. En Sitges tuvieron que poner una ambulancia a la salida de la proyección en previsión de posibles desmayos. ¿Será para tanto o todo responderá a un engaño publicitario? En cualquier caso, llevaos una bolsa de plástico al cine por si las moscas.