El terror en el cine español tiene un
nombre a día de hoy: Jaume Balagueró. No quiero decir que no
haya otros buenos cineastas españoles que hagan sus pinitos en el
terror, pero nadie cómo él ha aportado tanto al género en nuestro
país. Eso no quita para admitir que Balagueró es capaz de lo mejor
(REC) pero también de lo peor (REC 2). En este caso
creo que tendremos un trabajo, cuando menos, digno.
Uno de sus mayores puntos fuertes es el
de su protagonista, el siempre genial Luis Tósar, que sin
duda es el indicado para ese personaje oscuro que se esconde detrás
de la rutina. La cada vez más presente Marta Etura y el
eficaz Alberto San Juan ayudarán también a aportar calidad
al reparto.
Cuidado los fans más fundamentalistas
del director, porque este trabajo se aleja de los flirteos con el
fantástico para centrarse en un thriller de corte más realista.
Aunque en una película tan fantasiosa como era REC, también
teníamos un vecindario de lo más cercano y creíble. Aquí, ese
portero que puede estar en cualquier edificio, será el monstruo, tan
terrible como cualquier zombie o fantasma. Posiblemente más.