Crítica de la película Destino Woodstock por Beiger

No es nada fácil hacer una película como esta. Lo que pasa es que cuando lo hace Ang Lee lo parece. Es todo tan natural, tan bien hilado, tan perfecto, que parece que no pudiera ser de otra manera. Taking Woodstock no defrauda y se convierte en otro ejemplo más de ejecución perfecta por parte de Lee. Quizá esa eso lo que le impide llegar a las cinco estrellas, que no tenga un puntito más de despiporre, que esté todo tan comedido (premeditadamente comedido).

No sabría muy bien qué aspectos destacar de la película porque, como digo, no hay nada que destaque por encima de lo demás. Todo está muy bien. Quizá lo que más me haya gustado haya sido la fotografía. Me parece realmente difícil conseguir ese verde, esos colores pardos y ese colorido tan propio de los hippies de la época. Es impresionante ver cómo su llegada transforma el colorido del pueblo y cómo contrasta con su manera de vestir. Tan bien soy muy acertadas las escenas grabadas con cámaras de la época, que parecen de la propia época. El montaje tiene el ritmo justo. Ni mucho, ni poco. Cuando se pone música, se dinamiza y se incluye ese montaje digital con el que ya experimentara en Hulk, y cuando es necesario lo relaja.

Párrafo a parte merecen los efectos especiales de la escena del trippy. Me produce una enorme satisfacción ver cómo una película que no necesita para nada los efectos especiales por ordenador, hace uso de ellos de manera comedida pero consiguiendo exactamente lo que se propone: representarnos un "viaje" lleno de colores, sensaciones, y con un apoteósico final con ese escenario del que surgen las oleadas de personas. Un deleite para los sentidos.

En definitiva, lo que me esperaba: una pelícua sin nada nuevo, sin nada transgresor, pero ejecutada a la perfección. Quedo a la espera de lo siguiente de Ang Lee.