Jose Luis Cuerda es un tipo importante. Como productor, es el descubridor de Amenábar, habiéndose encargado de sus tres primeras películas, las que yo considero más representativas. Como director y guionista ha dado forma a una cierta tendencia del cine español que ha provocado, como suele suceder, copias muy malas. Suya es la maravillosa “El bosque animado” – no confundir con la más reciente película de animación. La considero entre las mejores de nuestro cine. Otra película suya, degustable pero menos, es “La lengua de las mariposas”. Y si tiramos por el spanish humor absurdo nos encontramos con la imposible “Amanece que no es poco”. Un tipo interesante este Cuerda. Quien no lo es tanto, es el encantador padrazo y perfecto yerno, el argentino Ricardo Darín ("El hijo de la novia"), que de tan bueno y adorable me provoca una subida del azúcar que no me va nada bien. No lo hace mal, eso hay que reconocerlo, pero tanta sonrisa me desgasta un poco los huesos. Es el protagonista aunque tendrá que pelearse los planos con el nuevo chiquillo de Cuerda, tan amigo de los críos con cara expresiva, Victor Valdivia, elegido en casting entre un montón de niños. Uno empieza a cansarse de la fórmula de Cuerda de drama mágico con niño. Quizá los días de este director hayan quedado un poco atrás. Me rechina la película, por mucho que se trate de una coproducción de varios países, y por mucho que sea la adaptación de una novela francesa. Me suena a lo de siempre. Esta vez no lo ha ambientarlo en los años treinta, aún así me suena a lo mismo peor. ¿Será esta una de esas copias malas de su cine de las que hablaba al principio? Habrá que darle una oportunidad, aun con los peores presagios.