El objetivo de una precrítica debería ser aconsejar al lector, orientar al futuro espectador: ¿Qué película puede ser de su gusto, cuál se escapa de sus preferencias? En este caso, la precrítica es casi inútil.
Lo es así porque, ante un título como éste, es evidente a quién satisfará y quién va a pasar de ella. ¿Te gusta el ballet? Pues ésta es tu película.
Evidentemente estamos ante un film de corte documental. La gracia no es tanto la filmación de una representación de danza de una suite cualquiera (o varias). Al contrario, el aficionado disfrutará ya que conocerá las tripas de una compañía importante, en este caso el Ballet de la Ópera de París, nada menos.
Para ello, el documentalista Frederick Wiseman ha plantado su cámara en la sede de esta prestigiosísima institución durante doce semanas, con lo cual permite conocer el día a día, los sucesivos ensayos, el esfuerzo, la evolución.
Lo dicho, un caramelo muy apetecible para los aficionados al ballet y la danza clásica, y sin duda un trabajo audiovisual cerrado con gusto.