Solo voy a echar de menos esta empalagosa saga por una cosa: poder tener extensas conversaciones sobre vampiros y licántropos con mujeres y no parecer un bicho raro. Las explicaciones que he tenido que pedir sobre lo que es una imprimación perdurarán en mi memoria incluso días. Al igual que perdurará en mi la sensación mientras visionaba este film de haber sido barnizado de pies a cabeza por una densísima capa de miel con aroma a rosas con tropezones en forma de corazón, que me asfixiaba. Los amantes de las historias exageradamente edulcoradas lo van a disfrutar al igual que yo lo he sufrido. Pero vayamos a la película.
Hay que reconocerles que han aumentado el ritmo infernalmente lento que tenía la primera parte de Amanecer. Han pasado de aburrir soberanamente a aburrir con expectativas de entretener. No es que pasen muchas más cosas, pero sí que se utiliza el efecto de meter muchos personajes nuevos, y entre que los presentas y no, ya ha pasado mitad de la cinta. Pero para los que no versamos en los placeres del romanticismo más embriagador de toma tras toma de miradas y besos, sigue habiendo pasajes insufribles.
Pero bueno, al final parece que va a llegar lo bueno, la gran pelea final, dos bandos enfrentados y unos superpoderes tan parecidos a los de los superhéroes de Marvel que, ha habido algún momento que si no hubiera sido porque faltaba la ironía de Robert Downey Jr., hubiera jurado que estaba viendo Los vengadores. La cosa prometía y en efecto, empieza a palmarla gente importante. Caen el papa de los Cullen, un licántropo que debía ser destacado en su comunidad lobuna, porque a ver quien narices los diferencia, otro de los Cullen... y por el otro bando, Dakota Fanning y hasta el mismo Michael Sheen...El festival de decapitaciones es bastante aceptable y me dispongo a subirle al dos porque han tenido las narices suficientes de cargarse a personajes principales, aunque dejen al trío protagonista intacto. Y de repente, engañifla al canto. Todo era una visión de Alice (al final me he aprendido los nombres, horror) y todo se arregla con dos palmaditas y aquí no ha pasado nada. Todos tan contentos y a seguir con nuestras acarameladas y perfectas vidas. Cuando ha salido la visión de la Stewart, Pattinson, Lautner y la cría adulta juntos y felices me han dado ganas de vomitar.
Stephenie Meyer ha acabado defraudándome.¿ Pero qué historia de amor que merezca la pena está tan exenta de sufrimientos reales? Un final tan perfecto de un trío en disputa que acabe siendo un cuarteto en armonía es antinatural. Y Melissa Rosenberg lo ha minimizado y resumido en un guión lento y tan empalagoso y romanticoide que dan vergüenza ajena.
Se acabó la saga. Lo que me preocupa es, ¿se acabó también la moda de los vampiros?