Quizá, Bong Joon-Ho sea el director coreano más equilibrado entre los tres grandes. Kim Ki-duk tiene un estilo surrealista diseñado a la medida de los festivales de cine. Park Chan-wook es violento y atrevido, lleno de excesos. Sin embargo, Bong Joon-ho guarda un equilibrio muy interesante entre el cine comercial que puede llegar a todos los espectadores, y una calidad muy cuidada, así como unos objetivos claramente artísticos. El director ideal, por tanto, para adentrarse en el cine coreano.
La película se pudo ver en el Festival de Cannes, en la sección Un certain regard. Ahora, estará en el festival de San Sebastián, en la sección Perlas. No es la primera vez que lo podemos ver por Donosti, pues ya con su excelente película Memories of Murder, estuvo aquí.
Una madre combativa le viene que ni pintada, para poder contarnos una historia a medio camino del policiaco y del drama. El entretenimiento no estará reñido con la calidad y las emociones. Una película muy recomendable.