Crítica de la película X-Men Orígenes: Lobezno por Super Mario

X-men orígenes: Lobezno ha sido más o menos lo esperado. Desde que se fue Synger de la saga, va a menos. Me recuerda un poco a Batman, Batman vuelve y las posteriores de Joel Schumacher (salvando las distancias: ni las de Synger eran tan buenas ni X-men 3 y ésta tan penosas) pero ya me entendéis.

El comienzo de la película es una explicación ultrarrápida para que entiendas la “mala leche” de Lobezno. “Sale James corriendo, asustado por haber matado a un hombre, que se acaba de enterar que es su padre. Le dice a Víctor que no quería hacerlo etc.…y que quiere volver. Víctor le replica que no puede volver y entonces acepta a irse…” ¿Ya está? ¿Se acaba de olvidar de repente que tiene una madre y tal? Diréis que es un niño y eso pero chirría.

Justo después vienen los títulos de crédito que son de largo lo mejor de la película. Unos planos de una belleza poco frecuente en una introducción. Puro espejismo.

A partir de aquí la típica película de acción (peleas, persecuciones…) pero sin mucha sangre. Bien hechas pero normales. Alguna escena decentilla de acción (el ataque al pueblo africano) y poquito más.

Justo cuando parecía que nada podía ir peor, apareció el sonrojante “combate por la información” de Lobezno contra el megagordo indestructible. De lo más triste que recuerdo haber visto en el cine. Tras esto, otro nuevo espejismo de interés como la aparición de Gambito (Sí, sin tilde en la “a” según la película) con mucha fuerza pero que dura un minuto en pantalla. Penoso.

Por hablar de lo positivo decir que el casting es todo un acierto. Físicamente son ellos. Y las actuaciones son notables, te las crees fácilmente. Grandísimos los hermanos protagonistas, algo más sosa Kyla. Pero el personaje no da margen.

En resumen una película entretenidilla para pasar una tarde nublada y comerte unas palomitas, pero que se olvida al… ¿Qué estaba escribiendo?...