Esta película que pasa sin pena ni gloria por nuestra cartelera es la muestra del derrumbamiento comercial de Shane Black. Este, que en este caso debuta como director, era uno de los guionistas más mimados de Hollywood. Un gurú del cine de acción, de los mejores pagados.
Empezó vendiendo el guión de “Arma letal” a los 23 añitos por 250.000 $. Se paseó como actor por “Depredador”. Escribió la historia de la primera secuela de “Arma letal” pero al parecer salió del proyecto cuando no le dejaron matar al personaje de Mel Gibson (una pena). En su momento fue muy comentado cuando cobró nada más y nada menos que 1,75 millones de dólares por el guión de “El último boy scout”, estas cifras escapan a mi entender. Reescribió el guión de “El último gran héroe” tal y como lo conocemos ahora. Y finalmente terminó pegándose el gran batacazo con “Memoria Letal”, uno de los múltiples fracasos de Renny Harlin.
El caso es que ahora vuelve de entre los muertos con intenciones de volverse a hacer un hueco en la industria. Se pone también tras la cámara, quiere tener el control. Se busca a una pareja de actores asequibles pero con gancho: Robert Downey Jr. (el gamberrete de Hollywood), y Val Kilmer, quien nunca consiguió levantar su carrera del todo. Presenta su película como una gran fiesta de sexo, asesinato y misterio. Quiere mostrar su humor negro otra vez. Pero sobre todo, lo que quiere hacer es volver a reírse a carcajadas de su género, de sus películas que influyeron a todo el final de los ochenta y principios de los noventa, a la era prematrix. ¿Vale la pena hoy en día?
Yo le doy una oportunidad por los buenos ratos que me ha hecho pasar “si me tocas te mato”, “no te fíes de él, mató a Mozart” y joyas del estilo. Espero que lo dé todo, sin cortarse un pelo. Espero divertirme y comerme unas palomitas tan contento. Espero entrar en su juego.