Al final, el film no deja de pecar de lo mismo que adolecen casi todas las intenciones provocadas en busca de taquilla, menos calidad, o incluso la falta de la misma. El papel del protagonista Jason Statham sobra para empezar, pudiendo haber elegido a cualquiera para hacer de tipo con dudas aparentemente listo. Por otro lado, Jet Li puede hacer este film sin problemas, pero no necesita la contraposición de estrellato que han vendido con el film.
La trama al fin y al cabo es sencilla, incluido el engaño o sorpresa final, sin demasiados alardes de originalidad, y sobre todo sin demasiado trabajo de guión, con una mafia japonesa muy por debajo de la listeza a la que nos tiene acostumbrada en films que la utilicen en sus historias. Todo a pedir de boca, sin tampoco demasiada acción, para los que la buscaban y punto.
En definitiva, una excusa de atrayentes para meterla en cartelera, pero muy, muy floja en sus intenciones y demostraciones de capacidad. Bien se podrían haber ahorrado este film.