Hay que hacer un gran esfuerzo para aceptar la confusión de un tipo con un bebé que en realidad es un enano prófugo de la justicia. Por muchas ganas de ser padre que tenga, aunque la inconsciencia sea suficientemente coherente, la película se cae por aquí.
El cine de ver curiosidades y extravagancias no suele triunfar detrás de un diamante robado con el jefe de la operación escondido en una cuna.
Gracietas poco solventes y una composición digna de una realidad alternativa que está más en los ojos del espectador que admite, que en el propio guión. Mala elección.