Recibo este film, que se ha podido disfrutar en el Festival de Berlín 2008, con agrado, y no sólo yo, sino la mayoría de los amantes del cine europeo, de su protagonista Nanni Moretti (director de El caimán) o de ganas de minutaje de cierta calidad con cierto tono de humor serio, de ese que gusta tanto que cuando no lo ves más, como suele ser el caso, te acuerdas como nunca.
Mucho me temo que el director televisivo e italiano que firma la cinta, se ha posado mucho en el hombreo del gran de Italia antes mencionado, para redondear una película que probablemente no será tan bueno como pueda parecer, que no estará tan llena de contenido como nos gustaría, pero que acabará con nuestro agrado al final, cuando los títulos de crédito llenen la pantalla.
Basada en la novela de Sandro Veronesi, las columnas las tiene para ser un drama dinámico y alegre, los tonos de sus actores suficientes para hacerla grata y sólo queda un poco de ganas de acercarse a ella sin espectativas enormes, pero sí firmes. Una historia de siempre, de cine moderno, con la ternura y la tranquilidad de un producto bien llevado, pero nada más. Un tres alto es justo.