No voy a divagar mucho sobre una película que creo que muestra a rostro descubierto por donde va. Se trata, una vez más, de una pequeña gamberrada de esas que nos obsequia de vez en cuando (cada vez con más frecuencia) el cine español.
Santiago Segura y Florentino Fernández. Que cachondos. Pues eso.
Que nos vayamos a reir... puede ser, pero no esperemos sorpresas, si nos basta con que las gracietas de ambos amiguetes sontengan la película estaremos contentos. Y siempre habrá momentos de secundarios como Coll, el gran Wyoming, Miguel Nadal...
Como película, no valdrá nada. Eso sí, por lo menos no la venden como si valiese algo.