Lo estoy leyendo por todos lados, en muchos blogs y periódicos, y se lo he leído también a Sherlock: es probable que Watchmen sea una película demasiado fiel.
Adaptar Watchmen a una película, implicaba adaptarla a dos niveles: forma y fondo. Creo que con la forma podemos darnos por satisfechos: incluso diría que más que una adaptación es un calco, con lo difícil que era. Una vez más voy a hablar del trabajo infográfico: me parece excepcional. Realmente complejo. Son muchas las escenas que requieren de una planificación brutal: desde el propio asesinato de El comediante, hasta su funeral, donde la cámara se mueve a sus anchas aquí y allá, entrando y saliendo por verjas de manera imposible. Excepcionalmente difícil y vanguardia de última generación para los efectos. No hay duda.
Vayamos ahora con algunas de las elecciones narrativas. En primer lugar, se calcan escenas exactas del comic. Tanto a nivel de planos (utilizar el comic de storyboard), como los propios diálogos. Creo que es un error. Está claro que hacerlo en momentos puntuales puede estar muy bien, pero si tienes que entresacar la esencia del comic y llevarla a dos horas y media de película, debes intentar abordarlo desde otra perspectiva. Es tan fiel que no es fiel.
En segundo lugar, el meter una banda sonora remember ochentorra a la película. El comic no tenía ningún rollo remember. Éste es un problema que ya aparecía en V de Vendetta. Cuando se escribió el comic, la situación política era de rabiosa actualidad. Era lo que estaba sucediendo. Era una crítica al momento que se estaba viviendo. Es una de las cosas que le da todavía más valor. En el caso de V de Vendetta con la Thatcher y en éste caso con Nixon. Esa como fuere, eso se pierde presentando la historia hoy. Así que quedaban dos opciones: o actualizar la trama y centrar en W. Bush, por ejemplo, o darle un rollo remember. Evidentemente en éste caso, estamos ante un acierto, la historia hubiera perdido todo el glamour.
En tercer lugar, el cambio del final. A todos nos chirría el supercalamar mutante ese rarísimo con el que acaba el comic. Que conste que dentro del comic me parece que tiene su punto que sea eso y no una aburrida bomba atómica... pero en la película está bien que lo simplifiquen de esa manera.
Y, finalmente, la inclusión de escenas de acción "tipo matrix". Me parece bien que se intenten dar ciertas concesiones al espectador. Pero creo que las escenas son aburridas y acentúan más, si cabe, el excesivo preciosismo de toda la película: el enorme trabajo de infografía impide ver personajes más sucios, una ciudad más guarra y unos viejos más decrépitos. Y, además, son grandes luchadores. Pero sólo eso. No me vale que sean capaces de levantar el cuerpo de una persona como si no pesara. Les tiene que costar por muy cachas que estén (aunque luego tenemos que aceptar que Ozymandias sea capaz de esquivar las balas, pero eso se justifica porque es muy listo :-D ).
En fin, efectos especiales buenísimos y muy trabajados, claroscuros en las eleccinoes formales... pero: ¿y el fondo del asunto? El problema es que, como en casi toda buena historia, el trasfondo de Watchmen funciona a varios niveles a la vez.
Por un lado: ¿Quién vigila a los vigilantes? De eso va el comic. Del abuso de poder. Es un canto en contra de los estados totalitarios en los que los ciuadanos ceden su privacidad a cambio de una supuesta mayor seguridad. Del problema de dar demasiado poder a poca gente. De la Thatcher. De un Nixon que afirmó que se puede poner escuchas a periodistas o a la oposición, mientras quien lo haga sea el propio presidente..... Nixon nos vigila. ¿Quién vigila a Nixon? No queremos superhéroes. La película también reflexiona sobre la necesidad del nacionalismo de tener siempre un enemigo externo contra el que luchar, y de cómo sólo nos unimos cuando tenemos un enemigo común, etc.
Por otro lado es una crítica a los ingenuos comics de superhéroes clásicos. A nadie se le escapa que buho nocturno es Batman (en la película hay un claro guiño a El caballero oscuro). Se trata de pensar en qué pasaría si existieran unos héroes enmascarados realmente, sin superpoderes ni nada. Unos serían meras operaciones de marketing, los otros serían fascistas que operan más allá de la policía, gente atraida por los focos y el famoseo... ¿Y qué pasaría cuando envejecieran? Pues que una se entregaría al alcohol recordando sus tiempos de gloria y obligaría a su hija a ser heroína para vivir a través de ella, el otro seguiría haciendo lo único que sabe hacer pero como mercenario, otro pensaría que son todos unos traidores por dejar de impartir justicia, etc.
Y, finalmente, el comic está lleno de reflexiones metafísicas a través del único super-héroe de la historia: el Doctor Manhattan.
Y éste era el punto más difícil a la hora de adaptar el comic. Porque se podría haber prescindido de la estética, incluso de la técnica narrativa... pero nunca de mantener la esencia de lo que se quiere contar. Y hubiera sido realmente difícil mantener todas las dimensiones a la vez. Así que: ¿por qué no centrarse en algo en concreto? Snyder decide dejarnos pinceladas de todo. Aquel que ha leído el comic le basta con un par de planos para saber de qué le hablan, pero como película, al final no nos enteramos de nada. Podríamos habernos centrado en el problema de dar demasiado poder al vigilante, y pasar de los temas metafísicos del doctor Manhattan, o viceversa. Pero al final ni para un lado ni para el otro.
Por terminar, y no seguir ésta postcrítica infinitamente, diré que se nota que es una película hecha con respeto y mimo hacia el comic. Que se nota que, además, está enormemente trabajada. Pero que todo eso se queda en nada si al final no transmite un mensaje, una tésis clara a la que agarrarte.
Una lástima.