Esta es una de esas películas que no tiene el más mínimo pudor a la hora de aburrir al espectador. Es más, incluso llega a utilizarlo como recurso: lo cotidiano, el ambiente, la rutina. Todo para que cuando llegue el golpe -y llegan uno cuantos- le pille a uno despistado, mirando para otro lado. Es un recurso válido, aunque considero que demasiado fácil y usado. Y cuando este recurso eleva la duración a las 3 horas, empieza a resultar molesto. Viendo algunos de sus capítulos queda claro que es imposible que en la edición de DVD haya escenas eliminadas.
Lo que no se le puede negar a la película es que cuando entra en materia, lo hace muy bien. Es certera, muy precisa y detallada en su retrato de una situación compleja. Aprieta el drama hasta conseguir que emergan las notas más sutiles y más incisivas. Se asoma en varias ocasiones al lado oscuro del alma humana.
En general es esteticista, sin entrar en el lirísmo. Eso hace algo más llevaderos los capítulos más rutinarios y reiterativo. Los intérpretes están a la altura.
Cine que invita a la reflexión, que está escrito con inteligencia, pero que, en mi opinión, lleva demasiado lejos su falta de concesiones.