Si eres del tipo de público que piensa que bastantes desgracias hay ya en el mundo para ver más en tu tiempo de ocio, ya puedes elegir cualquier otro título de la cartelera, porque este se adivina duro y con una carga dramática de las que dejan huella en el espectador durante un buen rato.
Estamos ante la cuarta película del realizador canadiense Denis Villeneuve, que fue nominado a la mejor película de habla no inglesa en los Oscar este año, llevando el gato al agua como sabemos En un mundo mejor. Para esta ocasión, ha adaptado la obra teatral de un reconocido dramaturgo como es Wajdi Mouwad, que en palabras del propio director tras ver la representación, es como una mezcla de tragedia griega y el cine de detectives. La mixtura es curiosa, eso es innegable.
El conflicto bélico de Oriente próximo es una fuente inagotable de historias y tragedias, pero puede que lo que diferencie este film de otros muchos que se hayan podido hacer es su punto de partida, la premisa fundamental de la que nace la trama, puesto que la violencia y la crueldad de las imágenes es algo que aunque no pasará desapercibido, es un elemento con el que tristemente se cuenta ya de antemano.
Una buenísima opción para los que buscan cine de calidad aun sabiendo que corren el riesgo de que se les encoja en corazón.