La música es un lenguaje universal. Y eso es lo que espero que potencie esta cinta, una historia que bien podría suceder aquí o al otro lado del planeta, con los clásicos por bandera y dejando que los sentimientos se oigan a través de las notas y no de las palabras.
Tampoco es que espere un romanticismo intachable, ni una fábula de cuento perfecta. Pero si la suficiente sensibilidad para pasar un rato entre la ilusión y la tristeza, como pasaba en Shine, aunque se que esta película estará a menor nivel en todos los aspectos.
Dirige Jose Enrique March, cuya única experiencia anterior tras las cámaras fue La estancia, un film hecho para la televisión. Para su salto a la gran pantalla, cuenta con las interpretaciones de Silvia Abascal (La dama boba, Vida y color), Javier Ríos (Casual Day, Días azules) y Antonio Dechent (Los Borgia, Alatriste).
El gran peligro, que se haga demasiado pesada, perdiéndose en un alubión de perdones, culpas y arrepentimientos. No dejo de confíar en el cine español, y éste me da una de cal y una de arena. Sin esperar demasiado tampoco, puede que sea simplemente bonita. Veremos.