La presencia de Will Smith eclipsa cualquier mínima buena intención de la trama de la película porque su exceso de protagonismo y la calidad de sus chistes se emborrona en mitad de un futuro lleno de sencillez. Los esfuerzos por mostrarnos un gran desarrollo social y arquitectónico no suelen ser ya demasiado suficientes para reventar nuestras pupilas al acercarnos a la ciencia ficción, y en este film no se hacen demasiados esfuerzos serios para dejarnos anonadados ante las imágenes de futuro inimaginable.
Éste pémiso thriller se desgasta solo y parece mantenerse con vida gracias a las hipótesis pseudo-traumáticas de un personaje lento y sin demasiado sentido en el trasfondo, pero supongo hacía falta un tipo especial para hacernos creer que el muerto sabía demasiado y los demás muy poco, que sólo ese policía olvidado tiene miedo de seres autodidactas que hablan como Sharon Stone en una comisaría, que la chica no sabe ni dónde anda y que desde luego un ejército de ex robots ya no útiles permanecen atrapados en tanques en el mundo del reciclado. Que yo sepa no existen fuerzas armadas...
Como entretenimento y para ver a un tipo musculoso saltar por los aires salvando a un gato a modo de bombero bien, pero como dice él mismo, tengo alergia a las gilipolleces.