La última película de Quentin
Tarantino. No os la perdáis. Y aquí podéis dejar de seguir
leyendo, porque realmente esta es la precrítica. Es uno de esos
grandes cineastas con un estilo propio suficientemente marcado como
para saber a qué atenernos. Solo queda ir al cine y a disfrutar.
Pero como tengo que ganarme el sueldo
aquí en Precríticas, voy a comentar un poco sobre este nuevo
trabajo suyo en concreto. Se trata de un western, un espagueti
western en concreto, un género con el que el director ya ha
flirteado más de una vez en sus anteriores películas. Por supuesto,
todo serán referencias directas a sus películas favoritas. Algunas
las pillaremos otras no, pero da igual: lo importante es que
captaremos perfectamente la esencia de lo homenajeado al tiempo que
degustaremos los nuevos sabores propios que aportará Tarantino. El
personaje protagonista, Django, es un icono del género que ha sido
utilizado de muy diversas maneras en decenas de películas.
Recientemente, Takashi Miike realizó una versión delirante en la
que participaba como actor el propio Tarantino: Sukiyaki Western
Django.
Actorazos de la talla de Leonardo
DiCaprio y Christoph Waltz. Protagonizada por Jamie
Foxx, porque Will Smith no pudo ser. Más rotros conocidos y
algunos actores que son en sí mismo un guiño, como Franco Nero.
Casi tres horas de película en la que el inquieto Tarantino tendrá
tiempo de cambiar de trama y de subgénero unas cuantas veces.