Quizá el 3D aporte algo en esta película, aunque me sigue
pareciendo un truco, un efecto falso que no genera nueva percepción sino una
falsa sensación. Puede que haya reforzado en cierta manera el espectáculo, y
sin duda, junto con Avatar, es cuando
más se ha utilizado con inteligencia. Sin embargo, son otros aspectos los que
destacaría del film.
Está claro que la danza que vemos en la película es de
primer nivel, y para quien sea más aficionado que yo a este arte, seguramente
un verdadero disfrute. Aprecio que haya sido original, pero lo que
verdaderamente me ha seducido es el derroche de impresionantes escenarios, con
un color refrescante. Así como el chocante contraste entre un baile elegante y
el fondo más urbano y funcional. Un marco delicioso. Quizá el 3D sí tenga algo
de mérito en ello. Es posible que el hecho de no necesitar destacar los
elementos a través de la profundidad de campo, pues la visión estereoscópica ya
se encarga de ellos, haya conseguido que tanto el primer término como el fondo
tengan su propio protagonismo. Puede ser. La banda sonora es también un
elemento muy destacable de la película.
Como documental me interesa menos, creo que es un simple
pretexto para el espectáculo y que la figura de Pina no se deja ver realmente. Creo
que los comentarios de los bailarines están más al servicio de la cohesión de
la película que de una verdadera intrusión en el mundo de Pina.
Un trabajo curioso y muy estético.