Espejito espejito, esta sería
la traducción adecuada para el título original, que aquí si ha
dado a llamar simplemente Blancanieves. El título, aderezado
de cierta guasa, ya deja claro que nos encontramos ante la versión
más cómica del clásico de los hermanos Grimm, de las que veremos
este año. Y es que en 2012 veremos 3 versiones de Blancanieves, cada
una con una personalidad muy marcada.
Esta es una opción ante todo
arriesgada, porque no queda muy claro a quién va dirigida. Entre el
tono infantil y la comedia para adultos, con una ambientación de
fantasía pero de corte tan elevado que no parece pensada para los
más pequeños. Por otro lado, el papel de malvada reina para Julia
Roberts con un desarrollo claramente centrado en ella, nos hacen pensar en una apuesta de mayor importancia que la
de simplemente un cuento para todos los públicos.
La prueba definitiva la encontramos en
su director, Tarsem Singh, uno de los cineastas más
personales y atrevidos de los últimos años. Sus películas se
basan siempre en el poder evocador de la estética, por encima de
cualquier consideración del guión. No tiene problemas en jugar con
los subgéneros más menospreciados, como en La celda, o
Immortals, porque su interés está más allá de la historia
que está (o no) contando. Una de sus grandes bazas es el trabajo de
vestuario de Eiko Ishioka, que desgraciadametne ha fallecido
recientemente, así que esta será nuestra última oportunidad para
ver un trabajo suyo, y está claro que con la magia del cuento ha
podido ofrecer lo mejor de sí misma.
Guionistas sin demasiada experiencia
para este extraño experimento cómico con más sorna que chicha, así
que si eres de esos espectadores que necesita a toda costa un guión sólido,
quizá no sea esta tu película. Aunque ya hay quien apunta que esta
es una película divertida, claro que para apreciarlo puede ser
necesario eliminar unos cuantos prejuicios.