Crítica de la película La doppia ora por Hypnos

Con ocasión de la precrítica de lo nuevo de Marco Bellochio comenté mis impresiones sobre la nueva ola del cine italiano, si es que se le puede poner un nombre tan pomposo ya. El cine italiano de hace una década no me interesaba más que en contadísimas ocasiones, pero en los últimos años voy descubriendo películas que me interesan, sin ánimo de ser exhaustivos: Il divo, La desconocida o Gomorra. Aunque aún debemos seguir aguantando bagatelas como Háblame de amor.

El Festival de Cine de Venecia siempre es magnánimo para con el cine patrio, y siempre se encuentran tres o cuatro películas en la Sección Oficial, dando muchas veces la alternativa a directores noveles. La edición de 2009 no supone una excepción, y me detengo a analizar la propuesta de Giuseppe Capotondi.

Cine negro es en lo que se condensa la propuesta, con la ciudad italiana de Turín como telón de fondo. De Capotondi poco podremos decir. No lo conocerá ni nuestro amable lector ni mucha gente, ya que como he adelantado, ésta es su primera película.

Ahora bien, rascando un poquito más en la carátula podemos llegar al nombre de los productores del film, Francesca Cima y Nicola Giuliano, que fueron los encargados de producir La ragazza del lago en 2007, que supuso el debut en la dirección para Andrea Molaioli, que hasta entonces había desarrollado su carrera a la sombra de uno de los tótems del cine italiano que empieza a claudicar, Nanni Moretti (La habitación del hijo o Caro diario, entre otras). El experimento no salió mal, ya que la película arrasó en los premios David (los Óscars del cine italiano), llevándose nada más y nada menos que diez premios. Lamentablemente, esta película no ha sido estrenada en España, ni existe fecha para ello, quizá dentro de un par de años se cuele en taquilla sin saber muy bien cómo ni por qué.

Cima y Giuliano también son responsables de haber producido Il divo, de Paolo Sorrentino, director más veterano pero con el que llevan trabajando desde Las consecuencias del amor, en el año 2004, con notable éxito, y con el que preparan The must be the place, con nada más y nada menos que con Sean Penn.

Sirvan estas notas para concluir, o no, como hago yo que estamos hablando de gente que viene moviendo proyectos muy interesantes en el panorama del cine italiano y que son, en parte, responsables del positivo cambio al que hacía referencia en el comienzo de mi pre. Esto le da mi voto de confianza.

Para cerrar el capítulo de intereses, la presencia de la actriz rusa Kseniya Rappopport, que tan buenas críticas recibió tras su actuación en La desconocida.

Cine de género bien hecho es lo que hay que esperar de este film italiano.