Esta va a ser la tercera película que vea de Christopher Nolan después de haberme sentido decepcionado con las dos anteriores. Memento me pareció una interesante curiosidad, infinitamente por debajo de lo que todos me habían anunciado y prometido. Batman begins, después de revisarla recientemente, diría que me gusta incluso menos que la primera vez (que ya no fue maravillosa).
Así las cosas, no sé por qué, le concedo otra oportunidad a Nolan. De hecho, siendo sincero, no es que le conceda otra oportunidad, sino que realmente tengo ganas de ver The prestige (renuncio a llamarla El truco final; el día que dejen de hacer el soplapollas al "traducir" los títulos, entonces, sólo entonces, merecerán una pizquita de respeto de mi parte). Me gustan los actores. Me gusta el rollo mágico-misterioso. Me gusta la pinta que tiene, vamos.
Atendiendo a los casos anteriores, lo mismo luego me llevo un chasco, pero de momento mis expectativas son amplias. Quiero ver un bonito duelo (no tanto interpretativo como puramente relativo a la trama) entre Hugh Jackman y Christian Bale; ninguno de los dos son Michael Caine... ¡pero es que tienen a Michael Caine para eso! Simplemente fantástico. Mi único pero, aunque ojalá me equivoque, es que todo apunta a que de nuevo Scarlett Johnasson está ahí haciendo de... nada, de la "chica de la película" y poco más. Y lo peor es que, de ser así, no sería ya la primera vez (recordemos La dalia negra). Esta muchacha se tiene que dar cuenta que tiene peso de estrella, ¡y que puede exigir!
Con esta pinta, Nolan tiene material para lucirse al mando de su equipo de cámaras, luces y trucos de magia. Es caballo ganador. Pero hasta en un hipódromo puedes perderte por el camino.