No podemos dejarnos engañar por la espectacular transformación enfermiza de Christian Bale y pensar que vamos a estar ante una octava maravilla, ya sé que los tintes de historia lenta y triste, fuerte de guión hace pensar en una película resuelta e interesante que deje posos para un recuerdo estruendoso, pero mucho me temo que 2 horas son muchas para que la niebla de una historia original y un personaje lastimero nos omnubile.
Probablemente y a pesar de mantener un rictus durante la mayor parte del film, este se verá inmerso en una indefinición que no dará firmeza a la historia en sí, cuando el personaje se agote, nosotros lo haremos con él.