Con miedo y esperanza me acerco a un futuro estreno, que si todo va según lo previsto aparecerá en nuestras pantallas el 30 de Julio: “Yo, Robot”. Tan sólo el título ya nos dice mucho, pues nos lleva a ese gran maestro de la ciencia ficción que es Isaac Asimov. Importante quizá incluso más por las bases que ha sentado (por ejemplo, las tres leyes de la robótica) que por las novelas en sí. En cualquier caso “Yo, Robot” es una de sus obras más famosas y reconocidas. Para un amante de la “fantaciencia” como yo, esto no puede ser sino un acontecimiento de lo más esperado.
La película está inspirada en la recopilación de relatos cortos. Inspirado... ya he reclamado en más ocasiones el derecho del guionista a simplemente inspirarse y no ser fiel, pero en este caso debo recelar más de lo habitual. Se trata de uno de los grande estrenos del verano (junto a Spiderman 2) con el mismísimo Will Smith a la cabeza. Esto puede oler tranquilamente a taquillazo, y esto me preocupa. Pienso que puede haberse convertido en otro espectáculo más de acción fácil y efectos especiales, lo que desde luego sería una gran decepción.
Entre el reparto no destaca nadie más que el archiconocido príncipe Will. En cuanto al director, ahí va mi voto de confianza: Alex Proyas, director de “Dark City” y “El cuervo” entre otras, sobradamente preparado para hacer una buena película de este tipo. Y el guionista con el me encuentro es Jeff Vintar, encargado de la historia y el guión. Un principiante que ya nos obsequió el guión de “Final Fantasy”, película de la que tengo buen recuerdo.
En definitiva, no me preocupa el equipo, todos han demostrado lo suyo, incluso Will Smith cuando se esmera nos da algo bueno. Todo, desde Asimov hasta Proyas preparado para ofrecernos una buena película de ciencia ficción. La única pega: unos productores ambiciosos y sin demasiado interés por hacer algo bueno podría como ya he comentado antes convertir la película en una sinsorga secuencia de explosiones, efectos digitales y persecuciones.
Seré confiado como acostumbro y seguiré con mi optimismo habitual y mis cuatro estrellas. Lo que está claro es que independientemente de mi nota, no me la voy a perder.