Estamos ante una de las películas pequeñas de los Óscars, con tres nominaciones, las tres importantes, pero sin el ruido mediático de otras. Las nominaciones con las que cuenta son mejor película, mejor guión adaptado y mejor actriz para Carey Mulligan, siendo ésta su mejor baza de cara a la noche dorada.
La película está basada en la memoria autobiográfica de la periodista Lynn Barber, y el guión ha sido adaptado por Nick Hornby, autor de la novela Alta Fidelidad, About a boy y Fever Pitch. Lo cual nos puede dar la pista de una de esas películas de cine novelado en la línea de, por ejemplo, La mancha humana o Juegos secretos.
Junto a Mulligan, veremos a Alfred Molina, Peter Sarsgaard y Emma Thompson, entre otros. Nombre importantes que nos aseguran un equilibrio sólido. Lo que más me sorprende, por cuanto puede suponer un punto y aparte, es la presencia de la realizadora Lone Scherfig, directora de Italiano para principiantes y Wilbur se quiere suicidar. En una película de estas características lo que menos te esperas es ver referencias al Dogma o a la cámara en mano. La mezcla puede resultar interesante.
Una película con muchos lugares comunes pero muy disfrutable de principio a fin.