Para contentar a cierto sector del público que nos pide más cine español, y al mismo tiempo, para aliviar mi curiosidad con respecto a esta película, me dispongo a cometer un riesgo moderado. Voy a ver “El principio de Arquímedes” con cierta sensación de tensión. Poca publicidad ha suscitado esta película. Cuenta con unos actores muy poco conocidos. Una guionista casi novata. ¿Qué tenemos a favor? Gerardo Herrero a los mandos. El director de la sólida adaptación de Pérez Reverte, “Territorio Comanche”, y de la reciente (incógnita para mí) “El misterio Galíndez”.
No es un director brillante, ni es un director demasiado regular, pero al menos es un nombre a tener en cuenta, un nombre al que darle una oportunidad. Un nombre que hace que mi instinto de precrítico (a veces tan equivocado como en “La Pasión”) me haga oscilar tan sólo entre las valoraciones de tres y cuatro estrellas. Pues pienso que ni va a ser muy mala, ni va a ser muy buena.
Razón para verla es, por tanto, el hecho de que esta película no haya gozado de una suficiente propaganda. Que sea una posible sorpresa. Aunque no confío en ella, me gusta arriesgarme, y a veces toparme con tostones como “El Regreso”. Así que recomiendo a todos los que tengan un cierto espíritu aventurero que tomen la decisión de acercarse al afortunado cine que tenga el difícil honor de contar con ella, y que se jueguen por lo menos una entrada de día del espectador.