Al final no era tan cultureta como parecía. Cuidado, no lo era dentro del contexto de festival, claro está. Incluso, al comienzo, uno de los personajes dice “¿Qué tienes en esos DVDs? Seguro que son de esas películas artísticas de mierda en blanco y negro. Asumirlo es lo primero.
Esta película islandesa se ve fácil y me temo que se podrá olvidar igual de fácil. No es la primera vez que nos cuentan ninguna de esas historias y, sobre todo, no es la primera vez que nos lo cuentan así. Los asiduos al festival o aquellos que rebusquen en cine que normalmente no se estrena en salas comerciales habrá tenido ocasión de ver trabajos muy similares. Historias con fotografía claustrofóbica (más en este caso con el blanco y negro), con violencia sucia, con personajes marginales y extraños, con historias dolorosas, casi siempre más de una que van convergiendo al final, pocos personajes y pocos escenarios. No es que tengan algunas de estas características, es que suelen tenerlas casi todas.
Es por eso que cuando veo “Börn” siento una sensación de visto, de conocido. No me molesta demasiado porque al menos sólo lo vemos de vez en cuando. Interpretaciones correctas y argumento entretenido. Algo es algo. Más de lo que esperaba.