Comentaba en mi precrítica que Paul Haggis era un buen guionista, pero no un buen director, pero parece que le ha sentado muy bien trabajar al lado de Clint Eastwood, ya que ha aprendido muy rápido de él.
Esta película es mucho más película y tiene mucho más Cine que Crash, de hecho, hay muchos momentos que me recuerdan al cine calmado de Eastwood, un cine que puede parecer fácil de imitar, pero que creo no lo es tanto.
Curiosamente, esta película me ha gustado mucho más por su dirección que por su guión. Uno ya se empieza a conocer a Haggis un poco de memoria. Sabe que habrá sorpresa para el final y se sabe que ese pegote de escena en la que Tommy Lee Jones hace una parada en el camino para colocar bien la bandera tendrá su vuelta al final, su inyección de moralina y demás.
Asimismo tampoco me ha gustado el momento en el que Theron invita a cenar a Lee Jones a su casa. La lógica invita a pensar que es una cena en la que ella aprovechará para enseñarle pruebas del caso para que le ayude, tal y como ha hecho hasta entonces, pero Haggis lo utiliza para explicarte el título de la película y para meter un peñazo de escena con niño para arrancar risas al público y enternecer al personal.
Tampoco me ha gustado la manera en que previene el desenlace con la muerte de la mujer que le pidió ayuda antes de ser asesinada por su marido...el marine con síndrome de estrés post-traumático.
Pero, sobre todo, ¿qué pretende contar esta película? ¿Que ir a la guerra te hace volver muy sonado, que te cambia la vida, que eras un buen chico y ahora eres un mal chico? No sé, nada de eso me interesa, ni tampoco la investigación, que se hace lenta y pesada.
Me quedo con la presentación y con el personaje de Hanck, magníficamente interpretado por un Tommy Lee Jones de Óscar, con la interpretación de Susan Sarandon y con las conversaciones absolutamente desgarradoras que los dos mantienen por teléfono. Impresionante el plano cenital en la escena en la que Sarandon se entera de la muerte de su hijo, en la que vemos la mesa destrozada y a ella hundida.
Impresionante también la escena en la que Sarandon va a ver el cadáver de su hijo, una escena en la que me sobra esa música dramática, me gustaría óír a ellos, su silencio, sus llantos.
Como igualmente acertada y redonda me parece la escena en la que Hanck va a por el "espalda mojada" Ortiz.