La nueva película de Alessandro D´Alatri, reconocido en su país por los premios nacionales italianos David di Donatello varias veces, se centra en una especie de crítica política sin haberla en el film, desde el punto de vista de un joven aparejador con ilusiones, Mario, que tiene como sueño abrir un local con unos amigos por lo que estaría dispuesto realmente a cambiar.
La necesidad del director de expresar su rabia y amor hacia el país italiano, le lleva a tratar de quejarse por una sociedad en la que piensa se debería actuar más y mejor con la juventud entusiasta.
Película de corte natural, es decir, con un estilo sencillo y nada espectacular, pero que profundizará en aspectos de alto coste emocional dando al guión una importancia exquisita. El enfrentamiento del personaje con la realidad puede que sea un buen ejemplo para atrapar situaciones que se nos pueden acercar demasiado a nosostros, como buen ejemplo de crítica social que antes se daba más disimulada. Los tiempos han cambiado y el estilo es más directo, aunque ideas no tan agresivas como esta para representar un mundo injusto no nos vienen nada mal.