Crítica de la película Sin frenos por Romulo

Me interesa esta película. Dentro de la morralla de cine palomitero que suele poblar las salas en verano, con la grandilocuencia fallida de la apuesta de Nolan y el despropósito que ha firmado Ridley Scott encabezando la lista de títulos, me curo de espanto y apuesto a peli pequeña, sencilla y resultona.

Me interesa porque firma David Koepp, que como guionista tiene mucha morralla en su filmografía (y mucha superproducción) pero también algún que otro título que me interesa y mucho: Atrapado por su pasado, La habitación del pánico. Esta última o El efecto dominó demuestran cuánto le interesan las premisas mínimas bien explotadas.

En El efecto dominó también dirigía. Una pequeñez modesta pero muy bien llevada, que se veía a gusto. Luego su trayectoria como realizador no ha funcionado. Pero creo que volver a una premisa fresca, mínima pero efectiva, y carente de pretesiones -de hecho todo lo contrario- le va a hacer bien. Por no entrar a destripar nada, bicicletero repartidor en terreno neoyorquino metido en líos.

O sea, mucha velocidad, cabriolas, derrapes y un prota que está en plena forma: Joseph Gordon-Levitt. Me dejo convencer. Me gusta el chico -aunque no tanto como a mi compañero Sherlock- y estoy convencido de que varias secuencias de persecución y de suspense bien llevadas, con ritmo pero sin el molesto batiburrillo de montaje que otras películas suelen ofrecer, pueden tenernos muy bien entretenidos mientras nos escondemos del sol sofocante del verano.

Nos llega a finales de agosto. De momento me fío y me la juego: ¡La recomiendo!