La cruda realidad... la crudad realidad es que si haces una cara campaña de marketing con una película en la que incluyes a Katherine Heigl y a Gerard Butler, y que tiene un par de chistes sobre restaurantes y vibradores, tienes el éxito asegurado. Quizá lo que hace que esta película vaya a funcionar perfectamente en taquilla es que cualquier espectador con un mínimo de materia gris en la quijotera sabe perfectamente lo que va a ver. La película es exactamente lo que parece. Eso dificulta que escriba esta precrítica, porque mi objetivo es dar una opinión que ayude a decidir al lector si ver la película o no. En éste caso, creo que el lector no necesita mi opinión para nada. Aquel que vaya a verla sabe perfectamente lo que hay.
Por eso, lo único que puedo hacer es pedir que el espectador haga un pequeño esfuerzo y no vaya a verla. Hay que quererse un poco a uno mismo y exigirse un poco más. La cartelera está ahora llena de opciones más que interesantes como Moon, Agora, Rec 2, Máscaras, Destino Woodstock, El soplón o Malditos bastardos.
Si el espectador quiere ver los típicos chistes de comedia de toda la vida, pero ligeramente actualizados a la época actual, no puedo dejar de recomendar la serie Cómo conocía vuestra madre. Una opción nada original pero cuyos capítulos de 25 minutos uno consume con gran fruicción. Y es que algunas series lo están haciendo bastante mejor que las películas...