El cine alemán, muy en forma, corre a veces el riesgo de
caer en la autocomplacencia. De hecho, esta película parece un cruce calculado
-posiblemente lo sea- de dos elementos de éxito en el cine germano. El primero
es concreto: la película El experimento,
que dejó a gran parte del público con cierto desasosiego, sin duda un éxito
también fuera de las pantallas alemanas. La
ola guarda una similitud argumental considerable con esa película. El segundo, es más bien
general, se trata del lógico interés del cine alemán sobre su pasado, el
nazismo en el poder. Reflexiones necesarias pero, por qué no decirlo, también
suelen ser rentables. En cualquier caso, con esta combinación, la película se
sitúa como un éxito seguro, perfectamente exportable fuera del país.
Para empezar, la película ya se pudo ver en Sundance, aunque
no consiguió ningún premio. Los galardones le han tenido que llegar de los
premios alemanes, entre ellos para el secundario Frederick Lau.
Dirige Dennis Gansel,
después de que su anterior trabajo tuviera buena aceptación, Napola, más explícitamente
relacionada con el nazismo. Al protagonista, Jürgen Vogel, lo hemos visto ya en
Good bye, Lenin! o más recientemente en La suerte de Emma. Un buen intérprete
que estará perfectamente a la altura del proyecto.
Seguramente una película entretenida y sólida que incluso nos hará
pensar, pero con un formato que nos puede resultar un tanto prefabricado.