El primer adjetivo que me viene a la mente al prejuzgar esta película es “extraña”. Sí, se trata, una vez más de una biografía y seguramente hará uso de todos los mecanismos habituales, concretamente, los que sirven cuando el personaje en cuestión es un artista, en este caso, una afamada fotógrafa, Diane Arbus. Seguramente veremos la obra dentro de la obra, y aquí demandaría un interesante trabajo del técnico implicado, obviamente el director de fotografía, pero viendo que se trata de Bill Pope, el encargado de las tres partes de Matrix y de Spiderman 2 y Spiderman 3 – ¡no! aquí también tuvo que aparecer el arácnido, dichosa invasión- no creo que sea la persona más indicada para un proyecto como este. Veremos si es más versátil de lo que le presupongo.
Como decía, a pesar de todo eso sigo tildándola de extraña. Puede que sea por su director, Steven Shainberg, un tipo que tuvo una cierta acogida con su anterior película, Secretary y que aparte de eso tiene un par de cortos cortísimos con Angelina Jolie. Así, de entrada, por su cine y por su pose me recuerda a Tom DiCillo (Delirious), con ese tono independiente pop urbano burlesco. Y esto me interesa. Dudo mucho que me vaya a encontrar con una buena película pero espero ver algo diferente que ni siquiera tenga verdadera vocación de ser distinto.
Está claro que quien equilibra el proyecto y nos da cierta seguridad es una de las mejores actrices del momento, Nicole Kidman, aunque nos haya colado anteriormente truñazos como Las mujeres Perfectas, Embrujada o tostones como La intérprete o Cold Mountain. Afortunadamente también acostumbra a deleitarnos con papeles como el de Reencarnación. No se puede decir que la Kidman no se arriesgue.
Junto a ella el antes rebelde y ahora exitoso Robert Downey Jr. Un actor con mucho potencial que se mueve cómodo por pequeñas películas como Kiss Kiss Bang Bang o la laureada A guide to recognizing your saints, a la vez que protagoniza superproducciones como Iron Man.
Seguramente vale la pena ver esta película aunque no prometa demasiado. De malas siempre nos podremos quedar con la banda sonora del siempre impecable Curtell Burwell.