Danny Boyle vuelve a tener el crédito que le di por Trainspotting y que le había quitado por 28 días después y sobre todo La playa.
Sin ser más que una película de buenas intenciones con una historia un poco ñoña, Danny Boyle alegra bastante la historia con su estilo paranoico, un poco a lo Tim Burton, de buen ritmo y con sus toques surrealistas que alegran la vista.
Mencion especial para San Pedro y su explicación sobre el milagro de los panes y los peces. Para partirse por la mitad.
El niño actúa muy bien, y el resto sin más. Ya habéis mencionado la escena de la aparición de la madre, que es un poco gratuita y usada hasta la saciedad. Un poco pssss pero para pasar el rato no está mal.