¡Por fin! Esta película tenía que
llegar. Me explico. Lo más interesante de la pasada edición del
festival de San Sebastián fue la sección dedicada a los nuevos
caminos de la no-ficción. Falsos documentales, ficciones reales,
etc. Si unimos esta corriente a lo muy de moda que están los
vampiros ñoños, está claro lo que hacía falta: un falso
documental que desmitificara el glamour vampírico.
¿Y quién mejor para desmitificar el
glamour que un belga? Lo mejor es que no es desconocido para nosotros
el director, ya pudimos ver su anterior trabajo en la semana de
terror de San Sebastián, Ordinary Man, una de las películas que
mejor sabor de boca me dejó de aquella edición. Así que la espero
con interés. Estará una vez más en la semana, pero de momento se
podrá ver en Sitges, en la sección Noves Visions (que busca nuevas
ideas) y en concreto en el apartado de no-ficción, claro está. Creo
que le va a sacar mucho partido al juego de la vida gris de estos
vampiros belgas.
¿Qué más hay que decir? Falso
documental vampírico.