Cuando pienso en Piratas del caribe pienso es un producto ligero y veraniego, enmarcable dentro del género de acción, del que se puede esperar entretenimiento palomitero.
Sin embargo tras una primera media hora que da lo que promete y un poco más, la película empieza a desinflarse poco a poco hasta acabar perdida en una serie de liosas subtramas y en la presentación de una inacabable lista de secundarios.
Las incesantes alusiones a la primera parte no hacen más que aumentar la sensación de que ésta segunda parte sólo se justifica desde el punto de vista económico y que la Disney no tiene el talento necesario para sacarle todo el jugo a una historia y unos personajes que podrían dar muchísimo más de sí.
Como diría aquel:
ENEMIGOS ¿qué coño pasa con esos hombres besugo? ¡Son apestosos! El malo jefe es ridículo. Es muy para niños... ¡para niños idiotas!
No sé. Me quedo con la sensación de que si se hubieran esforzado la mitad les hubiera salido mucho mejor.