Crítica de la película La felicidad perfecta por Olmo

La felicidad perfecta o Zorion perfektua (su versión en euskera) es el primer film del director vasco Jabi Elortegi, quien hasta la fecha es conocido en el ámbito de la ETB (Televisión Pública Vasca) por la serie Goenkale, curiosamente la serie con más capítulos emitidos en el continente europeo. Además, ha sido presentada hace unos días en el Festival Internacional de cine de San Sebastián. Gracias al evento, el film ha podido ser mejor promocionado y ya le suena a todo aquel que ha pisado la capital guipuzcoana durante el acontecimiento ciematográfico. Para el resto del público, decirles que La felicidad perfecta pasará desapercibida y que no permanecerá mucho tiempo en cartelera. Su máximo estandarte interpretativo es la archiconocida Ane Igartiburu, quien vuelve a la faceta de actriz de donde se dió a conocer hace ya más de una década en su tierra.

En el reparto destaca la actriz Elena Irureta, profesional del cine y de la televisión con títulos a sus espaldas como Te doy mis ojos o Aupa Etxebeste!. En el guión colabora Anjel Lertxundi, toda una institución en las letras del panorama vasco y que seguro aportará con unas pinceladas literarias tan necesarias en el cine.

Tras los sendos fracasos de Todos estamos invitados y La casa de mi padre  continúa ese camino cinematográfico sin salida de retratar un realidad muy mal trabajada en el cine donde se salvan muy pocos títulos. Elortegi pagará muy caro su apuesta por hacer un largometraje porque tras este trabajo se le olvidará pronto. Una lástima de alguien que era reconocido por proyectos sencillos y que íba poco a poco. A veces, los pasos de gigante pesan mucho. Una película pasajera que tiene como mecenas al único festival que le ha concedido unos minutos.