Tengo a unos amigos que hicieron un corto llamado "Con la verdad por delante" que, bàsicamente, se encargaba de parodiar las típicas películas que gustan en los festivales. Por razones a veces difíciles de comprender, Meduzot es una de esas películas.
Con una fotografía preciosa y varias historias que aportan dinamismo a la narración, no era muy difícil hacer una película medianamente digna. Sin embargo, la película se cree tan profunda y tan emocional, que pierde la perspectiva. Al parecer el mundo es un lugar triste donde cualquier chorradilla es razón suficiente para suicidarse o donde tener una madre ausente es un trauma insuperable. Y lo peor es que, si no lo entiendes así, es que eres un insensible o un inmaduro. Sólo con éste tipo de tesis se puede entender que triunfen películas como ésta. Además, existen una serie de mecanismos que no alcanzo a definir, que hacen que el espectador poco acostumbrado a éstas películas tenga, al llegar los créditos, la sensación de haber visto algo importante, inquietante y profundo, que le lanza a aplaudir con entusiasmo y a salir de la sala sintiéndose pleno.
Al parecer éste ha sido un gran año para el cine israelí, y ésta es una de sus mejores películas. Si se esfuerzan un poco más, serán tan malos como el cine español.