Genpin, probablemente la película más retorcida de esta edición del Festival de San Sebastián. Retorcida en el mejor de los sentidos por supuesto. Una cinta con un material muy didáctico a la vez que filosófico y espiritual. El cine es el medio y su léxico las imágenes. Me gustaría que además de trabajar los conceptos como tal creara una atmósfera en la cual espectador y película se fusionasen ejerciendo de pieza de engranaje de la cinta ,al fin y al cabo, filosofía somos todos. Uno para transmitir, otro para recibir, toda una experiencia estética, la del cine y la de la existencia humana. Esto es cine nipón, toca ver un manantial de ideas y conceptos de una manera poética, ancestral, con un lenguaje muy estricto pero muy bonito. Nuestro foro interno irá de un lado a otro en un continuo movimiento de ideas y sentimientos, de sensaciones. Muy recomendable para el público más joven sabiendo que ni el ritmo ni las formas puedan parecerles entretenidas a simple vista pero que seguramente no saldrán vacíos, una sensación que se intenta evitar en un festival.
La creadora de este proyecto es la directora nipona Naomi Kawase, quien a través de documentales y largometrajes muy personales ha ido creando su propio universo de ideas a través del cine. Uno sabe cuando una película es de las suyas.