Siempre sostengo que existe un tipo de cine español que está por encima de directores, un cine que, tras el anuncio de Resines, podría denominarse "cine de caracoles" o, sin hacer la gracieta, el cine de tortilla de patata. En fin, algo muy propio y singular. No obstante considero que esta circunstancia no es algo personal e intransferible de nuestro cine, cada cine europeo tiene su propio sentido, sus propios tipos de película, y, en el caso, de los films pretendidamente independientes que provienen de las Islas (da igual que sea escocés, inglés o, como en este caso, irlandés) ocurre lo mismo. Es lo que yo denomino "cine de fish and chips".
¿Y es esto malo? Hombre, pues no necesariamente; lo que ocurre es que tras varias películas exitosas lo que sucede es que vienen las copias. Mejor dicho, el aplicar la receta del éxito del cine a lo fish and chips. "Intermission" es un buen ejemplo de ello.
Tenemos una historia muy urbana, en la que hay muchos personajes que coinciden en pubs mientras beben cerveza; tienen trabajos precarios y malviven en trabajos de mala muerte o con contratos muy precarios; todos los jefes de sus trabajos son gente desalmada y mala; ellos son jóvenes que no tienen las cosas claras; hay conversaciones sobre cosas de casa (arreglos y chapucillas); hay una banda sonora muy popera que siempre conecta con el espectador; la luz es siempre fría; la dirección tiene que ser con cámara en mano y con aspecto de desaliño; tiene que haber de por medio algún acto delictivo; son personajes interpretados por actores muy reales (vamos, de esos que te puedes encontrar por la calle)...
De todo esto está hecho "Intermission". De todo esto que en mayor o menor medida está en películas británicas anteriores, Sherlock citaba a Danni Boyle, pero también pueden encontrarse referencias a Peter Cattaneo, a Ken Loach, a Paul MacGuigan, a Stephen Daldry, a Guy Ritchie y a tantos otros. Veo "Intermission" y no me encuentro con nada nuevo, nada que me llame la atención. Ahora bien, ya que la historia está ambientada en Irlanda, el guionista se permite que aparezca más Guinnes (de esa que sirven en menos de treinta segundos) y más situaciones bestias (los irlandeses siempre tienen fama de brutotes). Con este nuevo par de ingredientes tenemos un fish and chips irlandés, que, ¡ojo!, no os vayáis a pensar que es lo mismo.
Pues, sintiéndolo mucho, me parece que es lo mismo, y el hecho de que metan la historia de una mujer abandonada por su novio y que la ata y le caga encima, unido a la aparición de unos cuantos "nackers", no me enmascara el mismo tipo de cine fish and chips del que ya empiezo a estar un poco harto.
Eso sí, al menos, lo bueno de esta receta es que te suele mantener entretenido y evita que uno se duerma.
PD: ¿Por qué empieza en la escena tras los títulos de crédito con los rótulos: parada de bus y supermercado sobre la imagen, para luego no seguir con esa línea hasta los créditos finales? Quizá si hubiesen seguido por ahí la cosa hubiese cambiado.