Crítica de la película Brüno por Beiger

Fórmula perfecta


5/5
12/07/2009

Crítica de Brüno
por Beiger



Carátula de la película Titulo esta crítica como Fórmula perfecta, porque lo primero que quiero hacer es retractarme de parte de mi precrítica de Bruno. Y es que en ella argumentaba que dado que no existe un guión propiamente dicho, el acabado final de la película depende del buen o mal funcionamiento de cada gag que la componen. Lo que pasa es que Sacha ha aprendido de Borat. En Borat utilizaba ésta misma fórmula... pero aquí se nos muestra corregida, aumentada y convertida en todo un proceso ingenieril que funciona a las mil maravillas.

La primera gran mejora es jugar con el grado de preparación del gag. Tenemos desde gags totalmente espontáneos donde los participantes realmente no tienen ni idea de que están siendo grabados ni de quién es realmente Bruno, hasta pequeñas escenas de transición totalmente preparadas donde nadie es inocente. Pero lo que añade riqueza a la fórmula es que muchos de los gags se encuentran entre estos dos extremos y sólo se encuentran parcialmente preparados. Esto sitúa a Bruno al borde de la linea que separa la genialidad del timo. El problema es que la película no se pronuncia sobre el tema. No sabemos hasta qué punto se nos está intentando timar haciéndonos creer que son escenas sin preparar y sin actores, o hasta qué punto se cuenta con nuestra complicidad para poner en marcha la broma. No sé si hacer gags más puristas la haría más legítima. Lo que sí creo que es que la haría más aburrida.

Dejando a un lado las reflexiones sobre el "cómo", centrémonos en el "qué". Bruno es una parodia de nuestra actualidad y de la televisión. Se mete con famosas presentadores de programas de la tele, con los propios programas, con los castings de bebés para anuncios, con los Focus Groups, o con la moda y las pasarelas. También se atreve con los grandes conflictos como el palestino-israelí y cae en ridiculizar a la américa profunda y a los paletos de Arkansas. Y digo "cae" porque es una pena que se tire a lo facil. Y es lo facil porque ya se hizo en documentales como Bowling for Columbine, Campamento Jesus, El luchador, o en personajes como Cletus el paleto de Los simpsons. Es más, ya lo hemos visto en el propio Borat. El problema que va a tener Sacha Baron Cohen después de ésta película es buscar otro submundo para parodiar sin recaer en los anteriores. Cada vez se le pone más difícil.

No quiero dejar ésta postcrítica sin mandarle mi apoyo al espectador gordo de Arkansas que llora cuando Straight Dave y su novio se besan en el octógono de lucha libre. Qué desconsuelo. Qué desilusión. Pobre hombre...




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