Tim Burton es Tim Burton y no engaña a nadie. Su cine es personal y propio y cuando se sale un poco del tiesto se le nota por lo que él mismo se acaba escondiendo en su mundo para sacar adelante más de lo mismo suyo, pero de qué calidad…
En el año 1984 no pudo sacar adelante un proyecto de Frankenstein infantil que al final se quedó en un corto de imagen real así que años más tarde la propia Disney le da carta blanca para poder sacar adelante el proyecto.
Vuelve a rodar en stop motion, fotograma a fotograma, como ya hiciera con Pesadilla antes de Navidad y La novia cadáver. El resultado será una película infantil en blanco y negro que tendrán que tener compañía adulta por el cierto grado de terror sencillo y forzado pero que tratará de ser divertido y animado en todas sus vertientes.
Poco se puede decir del mago Burton, que habrá que sentarse y disfrutar de ese estilo y maneras aunque esperemos un cine más para adultos con su propio sello más allá de realizaciones no rechazables como la reciente Sombras tenebrosas.