Pienso en cómo habrá sucedido para que estos tres actores acaben juntos y junto a un thriller que nos suena mucho a Fidelio, como en Eyes wide shut, pero que probablemente no se atreve ni con la mitad de morbo.
Un guapo y una guapa, uno que cae bien a todos, ¿quién lo duda del bueno de Ewan McGregor (Ángeles y demonios), pero esto no suele ser suficiente. Puedo hasta divinar el tiempo que le costará a Hugh Jackman (Australia) hacer entrar en harina a la chica explosiva, que lo es, pero para ser una bomba sexual elegante ya se agotaron los papeles de Kim Basinger. La de turno se llama Michelle Williams (Brokeback Mountain). Que aprenda de la que sala menos, Natasha Henstridge. Lenta lo primero, la película.
Dubitativa seguro, tratando de mostrar pocos pechos, u ocultarlos enseñándolos, y menos cuchillo, jugando al suspense eterno pero sin intensidad ni búsqueda seria. El viaje del personaje nos interesará más que el juego de móviles, y eso es un drama con todas las de la ley, pero poco más.
Tengo curiosidad por la fotografía, parece tan llena de contornos bien cerrados, que promete. Lástima, seguramente el guión que acompañe.