En la fila de espera de alguna familia o amante del actor que se vino a menos Martin, deben de estar esperando divertirse con las patrañas de humor de este cómico que piensa en otra cosa menos en el cine que algún día hizo.
La típica historia de familia numerosa recogida por cierto sector de la audiencia estadounidense, se nos cuela en las navidades como si tal cosa, a modo de canapé que nadie en realidad quiere consumir, y me cabrea que se le permita tal acceso.