Una cosa es segura. No me equivocaba en lo que a escenas gore se refiere. Y es que la película tiene algunas escenas extremadamente desagradables. Pese a ello, y con ello, la película me ha gustado y ha excedido las expectativas que de ella tenía.
Como no todo es acertar en la vida (que prefiero que sea una sola vez y con un premio de 20.000.000 de euros), no se trata en ningún caso de una película de verano, salvo que a uno le guste bañar sus palomitas en litros de hemoglobina.
Lejos de todo esto, Repo men es una película muy interesante con planteamientos, no originales, pero sí interesantes sobre un distópico futuro en el que una megacorporación se toma la justicia por su mano para confiscar productos que sus clientes no son capaces de pagar, con unos tipos de interés que rallan la usura. Tenemos litros de ciberpunk, de carne vieja y carne nueva que diría Cronenberg, con personajes, como el de Alice Braga, que son mitad carne y mitad máquina.
Tenemos esa interesante y turbia relación entre Forest Whitaker y Jude Law. El primero siendo incapaz de permitir que su amigo abandone su trabajo de repo man, persiguiéndolo y terminando por pagar las cuotas de la red neuronal para que Jude sea feliz por el resto de su vida, introduciéndonos una idea matriz sobre la felicidad y, una vez más, lo que es real y lo que creemos que es real. Muy buena química entre los dos actores.
Por lo que se refiere a la dirección, tenemos una factura técnica de alto nivel y con muchos lugares comunes. El director juega a arriesgarse y tenemos una escena, la del pasillo ante la puerta rosa, al más puro estilo Old boy, así como la escena de extraño amor y gore dentro de la habitación del ordenador central. De hecho, la escena por momentos me parecía tremendamente hortera por el uso de la música, luego entendiéndose por tratarse de un sueño de Jude Law. Dios mío, otra vez con sueños y realidades. Menos mal que en esta película no hay tanta complejidad.
Por lo que se refiere a la ambientación, el piloto automático, de tonos de fotografía fríos, al estilo de Minority report o de Hijos de los hombres, y siempre con el precedente de Blade runner.
En definitiva, una película muy bien hecha, desagradable de ver por momentos, pero que es capaz de trascender del mercurio de los termómetros.