Crítica de la película Redline por Iñaki Ortiz

Gasolina, sangre y fuego


1/5
29/10/2010

Crítica de Redline
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película tengo un sueño, tunear mi carro, perdona gente, no soy un niñato,
tengo un sueño, dominar asfalto,
que el sonido del motor ruja bien alto
tengo un sueño rodar por las calles y sentir bajo mis piernas el baile
de cilindros pistones escapes
que aceleran el fluido de mi sangre.

Con estas poéticas líneas, Haze ponía música al delicioso exceso del tunning poligonero de Yo soy la Juani con la canción Gasolina, sangre y fuego. Todo esta pasión por el rugir de motores, era allí una inmersión en un particular estrato de la sociedad. Aquí, es un reclamo para ese mismo estrato. Ávidos de chicas con faldas cortas y carteles grandes (amen de otros atributos desmedidos), espectadores con necesidad de adrenalina, Nengs y novios de Juanis más que dispuestos a tragarse un pestiño de guión mal dirigido por Andy Cheng (de profesión especialista de Hollywood), para poder disfrutar de esos carros guapos a toda potencia.

ACTUALIZACIÓN: Esta no es la "Redline" que se ha visto en la Semana de Terror 2010", sino esta otra: Redline.

Puede ser de cierto interés para los amantes de los coches de lujo, al estilo de 60 segundos, aunque para eso tienen que soportar el resto de la película.

En fin, bajen las vetanillas y suban el volumen a tope.



Google+

comments powered by Disqus




Más críticas de Redline

No hay postcrítica.
Desarrollado por Dinamo Webs
Creative Commons
Publicado bajo licencia
de Creative Commons