Cuando un film de terror trata de hacernos copartícipes del asesino que toque en ese momento, y encima hemos de sentirnos hasta simpáticos y halagados con él, se trata de un género de terror romántico al estilo del subgénero de las comedias. En este caso creo que se cumple a la perfección el lema que describo en las líneas anteriores, encima aderezado de la moderna y pesada ola de defensa de la mujer en todos los estratos sociales y culturales. La presentación de Megan Fox como una ardiente come hombres no hace ningún favor en defensa de la mujer, pero al menos trae a taquilla a adeptos. Si sumamos la lujuria de sus desnudos o pseudodesnudos tenemos un producto muy menor, que utiliza todos esos elementos del momento para autopromocionarse en busca de dinero. El cine aquí no existe ni tiene intención de trabajarse o incluso labrarse.
Ahora bien, pasado este estadío de aclaraciones donde está claro para quién está destinada la película, podremos seguir dando datos a los que aún piensen que merece la pena, desde luego si el objetivo es pasar un rato viendo a la mujer más deseada del momento y a la que será la segunda más deseada dentro de poco, Amanda Syfried (la mayoría la conocemos de Mamma Mía, que pena que se meta en estos líos con el buen camino que llevaba con Chloe), entonces habrá acertado el espectador, pero el que busca más que se olvide. Los esfectos especiales hace tiempo que dejaron de ser un reclamo en este tipo de films.
Así, la gran industria permite este tipo de productos que solo sirven para el merchandising y el regodeo de dinero. Mientras, en otros puntos del mundo aún se intenta ir más allá con reflexiones e ideas más trabajadas, véase el Festival de San Sebastián. Que siempre han de existir estas películas, de acuerdo, pero para mí no, más no.
PD: La directora tiene en su bagaje Aeon Flux, otro motivo más para no acercarse demasiado si no se quiere llevar uno un chasco y Diablo Cody, la guionista de Juno, galadornada en los óscar, se encarga de las letras, aunque no va a ver muchas. Esto no me dice nada, el dinero es goloso.